Han transcurrido cerca de 20 años desde que se describió por primera vez la asociación existente entre hiperinsulinemia y el desarrollo de enfermedad cardiovascular.
El llamado síndrome metabólico se caracteriza una regulación alterada de la glucosa o diabetes y/o resistencia a la insulina.
Los principales factores de riesgo incluyen:
1) Subyacentes (mala alimentación, obesidad e inactividad física)
2) Factores Mayores de Riesgo Cardiovascular (dislipidemia, tabaquismo, hipertensión arterial, edad e historia familiar de enfermedad cardiovascular).
3) Emergentes (triglicéridos elevados, aumento de LDL pequeña y densa, insulinorresistencia y gluco-intolerancia).
Hacia el año 2005, se definieron criterios para diagnosticar el cuadro:
- Circunferencia abdominal >102 cm en hombres y >88 cm en mujeres.
- Triglicéridos séricos >150 mg% o tratamiento específico.
- Presión arterial >130/85 mm Hg o tratamiento específico.
- HDL Colesterol <40 mg% en hombres y <50 mg/% en mujeres o tratamiento específico.
- Glucosa de ayunas > 100 o tratamiento específico.
La presencia de 3 o más de estos factores establece el diagnóstico de Síndrome Metabólico.
Ahora bien, ¿por qué se ha generado tanta atención sobre el síndrome metabólico?
La presencia de este síndrome acorta la sobrevida de los individuos a expensas de sufrir mayores ataques cardiacos e incrementar el desarrollo de diabetes tipo 2.
La prevalencia del Síndrome tiene un promedio de 22% en EE.UU., variando del 6,7 % en las edades de 20 a 43,5 años a 43,5 % en los mayores de 60 años.
En poblaciones de alto riesgo, como la de familiares de personas con diabetes, la prevalencia aumenta hasta casi el 50 %, llega a más del 80 % en personas diabéticas y al 40 % en personas con intolerancia a la glucosa.
En la República Argentina la información disponible es escasa pero algunos estudios realizados en el centro del país arrojan valores promedios de 25 %
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FUENTE. BLOG DEL HOSPITAL AUSTRAL
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