Técnica cardiovascular Argentina para implantar Células madre (2º parte)



Acerca de la técnica empleada: Este catéter es especial y late al compás del corazón. Es fruto de la más moderna bio-ingeniería (ingeniería aplicada a la medicina). Es helicoidal, tipo tirabuzón y penetra con una aguja hasta 2 milímetros en el espesor del corazón. Se utiliza la vía de abordaje trans-endocárdica, o sea sin abrir el tórax y con anestesia local.

Pero no por eso es de "baja complejidad" el procedimiento.

Con esta intervención los corazones duplicaron en promedio su capacidad de bombeo. Si bien todavía sigue siendo subnormal, pero los pacientes ya no están postrados, y tampoco en espera de un transplante cardíaco.

Este pequeño pero efectivo protocolo de investigación clínica en "células madre" fue aprobado por el INCUCAI y el ANMAT en el 2004, y fue publicado en el Journal del American Heart Association -Julio del 2007- y en la reunión médica en Estados Unidos del 2008, fue el trabajo científico más comentado.

El equipo de De la Fuente trabaja con bio-ingenieros que colaboran con la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y el cardiólogo argentino es asimismo Profesor Visitante de Stanford en el Programa de Angioplastia Coronaria Experimental.

SIN POSIBILIDAD DE RECHAZO

Todo se hace sin temor al rechazo, porque fue el propio paciente quien suministra la "materia prima".

El equipo Koziner le extrae la médula ósea por punción (suerte de caracú del hueso) temprano a la mañana, unas horas antes de la operación con catéter a cargo de De la Fuente que es la mediodía, le aspira la médula ósea y luego estando en el laboratorio y regido por altos standares de esterilidad, se aislan de ese líquido sólo las "stem-cells" CD-34 o células precursoras. Son 100 millones las que se inyectan. Se inyectan hasta 200 millones como máximo.

Koziner, un hematólogo que se formó en Harvard, las combina con "factores de crecimiento" denominadas linfoquinas, y al par de horas, el doctor De la Fuente tiene sus "inyecciones prometedoras" listas para entrar en acción.

El "delivery" de las stem-cells en un corazón en mal estado no es fácil, pero el equipo argentino ya tiene catéteres desarrollados e investigados por más de 5 años para tal fin, para navegar por el árbol circulatorio, pasar a través de una válvula cardíaca, introducirse en el ventrículo izquierdo (responsable de casi toda la fuerza eyectiva del corazón), maniobrar libremente en esa cavidad, y enclavarse con altísima precisión en el músculo cardíaco sin perforar ninguna estructura.

La segunda fase de la intervención es el auto-transplante. Los cardiólogos intervencionistas van guiando el catéter delicadamente hasta el ventrículo. Lo siguen al mismo mediante varias pantallas de video, que toman sus imágenes de emisores de rayos X. Sofisticados programas que procesan la imagen, permiten eliminar de la pantalla los tejidos y órganos que no interesan y concentrarse en las maniobras del catéter.

Se trata de un procedimiento seguro ayudado por las características de un angiógrafo rotacional especial en 3D que permite la correcta visualización de la zona del ventrículo infartada.

SOBRE EL EQUIPO

El equipo de científicos y médico liderados por De la Fuente y Simon Stertzer de Stanford estuvo conformado por 20 personas entre investigadores básicos, cardiólogos intervencionistas, bioingenieros, hematólogos y biólogos moleculares. También formó parte Peter Altman, un jóven pero ya experimentado bio-ingeniero de U.S.A.

La técnica para inyectar las células madre es a través de un cateterismo por punción (presión) de la arteria femoral, a nivel de la ingle.

El procedimiento, al fin y al cabo es un moderno pero muy ingenioso transplante "autólogo de células madre".

El doctor De la Fuente, en 1966, introdujo en Sudamérica el cateterismo de las arterias coronarias en el Sanatorio Guemes.Imagen: Web.

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