" CORAZON DE LIDER"

POR LUIS DE LA FUENTE *


Cuando trabajaba en Estados Unidos, mi jefe Abe Rabin era el médico del presidente Eisenhower. Me inquietaba cómo se hacía para aconsejar a un paciente que era uno de los hombres más poderosos del mundo. Él me dijo: "Es sencillo: si no se quiere cuidar tiene que cambiar de médico". El corazón de un líder debe ser de máximo cuidado porque está expuesto a situaciones únicas o de mucho estrés, y tiene responsabilidades muy importantes de las que depende todo un país. Sin embargo, en la historia hay muchos casos de líderes descuidados. Roosevelt, por ejemplo, tenía 22 ó 23 de presión durante su gestión y su médico personal era un otorrinolaringólogo.

Las responsabilidades no eximen a los líderes de los exámenes de rutina porque una obstrucción de carótida puede provocar un derrame tan importante que si no se atiende en tres o cuatro minutos deriva en una hemiplejia que puede paralizar una parte del cuerpo o dejarlo sin habla. El metabolismo del cerebro requiere sangre con oxígeno permanentemente.

La obstrucción en las arterias coronarias es la primera manifestación del 40 al 50% de los infartos cardíacos agudos. Por eso, cuando operamos a Carlos Menem, decidimos en el mismo momento estudiar las arterias coronarias y el resto de las arterias hasta que comprobamos que las tenía normales. Pero muchos no aceptan someterse a estudios. En la mayoría de los casos los pacientes que sufren una obstrucción recién se dan cuenta de su gravedad con el tiempo. Como en un choque, se reacciona después del primer temblor.

El estrés es una de las causas que afecta al corazón y el estrés de un líder es extremo. Las rabias, las broncas o las peleas políticas generan estrés y el estrés libera adrenalina que afina las arterias. Conozco casos de personas que murieron discutiendo con un taxista o en una mesa de poker.

En cuanto a los cuidados posteriores de un paciente, en general, que pasó por una intervención de este tipo lo fundamental es eliminar los factores de riesgo como el estrés, las emociones violentas, normalizar el colesterol, la presión arterial, evitar la glucemia elevada y dejar de fumar. También es buena la actividad física: caminar (parar si falta el aire) o nadar pero siempre acompañado ".


(*) Doctor Honoris Causa y 1º Maestro de la Cardiología Intervencionista Argentina (2002), designado por sus pares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar en Látidos, periodismo cardiovascular.