Enrique Finochietto, maestro cirujano

¿Qué?¿Piensas que, acaso, eres Finochietto?" A nivel coloquial, así y por aquellos tiempos se hablaba de él. Era la referencia al notable cirujano Enrique Finochietto, catalogado como "el cirujano argentino" y considerado lo "máximo" de la época. Un período histórico en que la cirugía, como técnica, tenía preeminencia sobre las otras especialidades médicas. Era el tiempo de las cirugías "espectaculares" y de las grandes incisiones que por entonces comenzaban a vislumbrarse.

Las cirugías, hoy en día, tienden a ser "mínimamente invasivas". En éstas, el médico intervencionista, opera a "distancia", mediante instrumental, sin tocar con sus manos al paciente. No son cirujanos necesariamente los que intervienen pacientes.

Operan así tanto el cardiólogo intervencionista, el radiólogo intervencionista o el neuro-radiólogo intervencionista, reemplazando y superando al cirujano tradicional de "antes". Aportan menos dolor, menores pérdidas de sangre, mejores costos y una rápida "alta" médica.

Y es esta una buena oportunidad, para aclarar un concepto erróneo: el de cirujano= científico.

Una prueba es que sólo tres cirujanos han recibido el Nóbel en la historia de la medicina aunque varios fueron postulados.. Fueron sólo: Carrel, primer by-pass en animales, Kocher y otro más, muy ignoto.

Los pueden nominar al Nóbel -a los cirujanos- pero de allí a que lo ganen es muy difícil pues son contados con los dedos de las manos los reales "cirujanos-investigadores" de ley o los "científicos consagrados a la cirugía".

El Nóbel es, casi siempre, para los "Milstein", los "Houssay" o los "Leloir" que son los investigadores natos, puros e innatos..

Volviendo a Finochietto, además de haber sido un eximio cirujano fue un inventor con todas las letras, pero no un verdadero científico. Inventó mucho y variado y fue muy versátil. Ideó: mesas de cirugías móviles, sistemas de iluminación para la cabeza del cirujano (Frontolux, como los mineros), separadores de tórax " Finochietto", cánulas y hasta un aspirador de sangre intra-operatorio.

Era hijo de inmigrantes italianos genoveses. Otros dos hermanos suyos fueron también médicos. Enrique Finochietto (1881-1948), ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, a los 16 años.

Comenzó su actividad hospitalaria, a partir del año 1904, como médico ad-honorem. Y de alumno se dice de él que operaba. ¡Mucho, y muy bien! De esa camada universitaria, venía otro eximio cirujano: Chutro.

Viajó a Francia como médico (cuando no...), a Alemania y Austria para aprender. Luego descolló en Europa como un gran cirujano. Por ello, recibió la "Legión de Honor", el máximo galardón instituido por Napoleón para el país galo.

Finochietto, junto a su hermano Ricardo (1887-1962), formaron una dupla y una verdadera leyenda médica. Crearon una verdadera Escuela de Cirugía homónima, en el Hospital Rawson, siendo Ricardo heredero de su hermano (casi genial).

Ambos hermanos, en algo discrepaban, ya que Enrique sostenía que "cirujano se nace" y su hermano "que se nace pero también se hace". Ricardo era el educador y quien pintaba gráficos en las paredes de los quirófanos para enseñar. También fue asesor médico de Evita Perón (foto).

Veremos en otra columna, lo que sucede con este último Finochietto, en 1956, al asumir la "revolución libertadora (1955).

Enrique Finochietto fue un cirujano de fama internacional en un mundo no-mediático; que innovó, perfeccionó y modificó varias técnicas quirúrgicas. De la cirugía torácica, pasando por la ortopedia hasta la cirugía digestiva. Además, fue un mito nacional y uno de los primeros médicos que apareció en la portada de los diarios de la época por sus inéditas cirugías en nuestro país.

Un día como hoy, 17 de Febrero, el doctor Finochietto, se iría para siempre.

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