La Coronariografía (1958) y Mason Sones

‏Escribe HÉCTOR DE LA FUENTE
para diario NUEVA RIOJA
tomado con permiso


La coronariografía por cateterismo (CCG), es reconocida en todo el mundo médico y científico como la "llave maestra" que -desde 1958- permitió a los cardiólogos de adultos diagnosticar con precisión las obstrucciones u oclusiones en las milimétricas arterias coronarias (que en promedio poseen tres milímetros en diámetro) de manera mínimamente invasiva.

Fue gracias a Mason Sones (1915-1985), un cardiólogo pediátrico de la Cleveland Clinic (donde luego recaló un puñado de argentinos), que se logra de manera accidental, junto a su colega Earl Shirey, opacificar selectivamente dichas arterias.

En octubre de 1958, y por primera vez en la historia de la humanidad, pero con ´´un first time´´ que fue en serio, y no plagiado: Sones lo hizo en la arteria coronaria derecha al introducir 30 centímetros cúbicos de una sustancia radio-opaca (captada por los rayos X) a través de un catéter -que es un tubo largo, delgado y flexible- en la arteria humeral del brazo, a nivel del pliegue del codo, en un paciente de 26 años de edad que era estudiado por su enfermedad reumática valvular mediante un estudio invasivo para visualizar la arteria aorta denominado aorto-grama.

En mayo de 1959, Sones, fabrica un catéter radio-opaco y así introduce clínicamente la cine-coronariografía.

En Estados Unidos, prefieren llamarla arteriografía coronaria o angiografía coronaria.

Es entonces que mediante esta revolucionaria técnica de radiología cardiovascular que implica sólo anestesia local y aparentemente sencilla, hoy se puede ver el corazón y sus vasos (y de éstos, su luz o canal interno). Es más, permite visualizar nada menos que el número, la distribución y el grado de obstrucción de las arterias coronarias.

Debido a que sufren estrechamientos, las arterias coronarias son claves. La arterioesclerosis coronaria es la patología que más óbitos produce en el mundo, a pesar de todas las medidas y campañas de prevención implementadas.

Las arterias coronarias coronarias (así denominadas porque rodean a manera de corona al corazón) son dos vasos epicárdicos superficiales: la arteria coronaria derecha y la arteria coronaria izquierda (y ésta con varias ramas y ramificaciones muy finas) de tres milímetros de diámetro que nutren al músculo cardíaco, aportándole su correspondiente cuota de oxígeno para que el mismo pueda efectuar su función de bomba.

La coronariografía convierte a la Cleveland Clinic en la meca de la cardiología mundial a partir de la década del 60.

Hoy en día, lo es Stanford (Palo Alto, California) por y con el auge de la biología molecular y la cardiología bio-intervencionista (es la aplicación de moléculas, genes o proteínas al catéter).

En mayo del 67, con la información cardiológica proporcionada por la coronariografía de Sones, es que se comienza a sistematizar y popularizar el injerto de vena safena (tomada de la pierna) para desarrollar el by-pass aorto-coronario de las excepcionales manoas de René Favaloro. Aunque, en honor a la verdad y con rigor periodístico y científico: el primer by-pass de urgencia exitoso lo realizó David Sabiston -en 1962 en USA- y Kolossov -en el 66- en Rusia asi como Garret del equipo de DeBakey en Hosuton en 1964 y ya antes Longmire en 1958 en corazón junto al uruguayo Palma que lo hacía en piernas siguiendo a los franceses..

En nuestro medio, la coronariografia invasiva selectiva de las arterias coronarias fue introducida en el año 1966 por el cardiólogo Luis De la Fuente, en el Sanatorio Güemes, quien precisamente fue, quien convence a Favaloro de volver al país, una decisión que ambos se habían jurado y perjurado en Mar del Plata en 1965. La experiencia aún no se había realizado en Europa. De modo que, excluyendo a Estados Unidos, Argentina fue el primer país en tenerla, aún antes que Europa, y el Sanatorio Güemes fue el sexto lugar en el mundo en poseer la tecnología así como el conocido cardiólogo intervencionista argentino citado.

Desde ese momento, en Argentina pudo estudiarse de manera seria, sistemática y rigurosa a los pacientes "coronarios" para ver en "vivo" y visualizar la anatomía radiológica de la arterias coronarias a fondo, como así también el funcionamiento del ventrículo izquierdo mediante una ventriculografía (que es durante el mismo procedimiento, la aplicación de una inyección de material de contraste en el ventrículo izquierdo) con su ventriculograma y pudiéndose observar hasta las mismas válvulas cardíacas.

A partir de entonces se generaron muchos avances desde Argentina, reconocidos a nivel internacional a partir de la década del 70. Uno de ellos fue nada menos que demostrar -pues antes sólo había una leve sospecha-, por cateterismo coronario, que los vasos coronarios ocluidos en su período agudo poseían un trombo en su interior. Claro que el avance del doctor De la Fuente, no fue reconocido a nivel mundial aunue aquí si (algo similar en el ámbito médico le sucedió en otro orden a Luis Agote con su investigación del citrato de sodio y las transfusiones sanguíneas pioneras).

Hoy es reconocido por todos, y casi obvio para el lego, que sin la coronariografía no existiría la cirugía coronaria (a tórax abierto) ni la angioplastia. Esta última es mínimamente invasiva. A través de una punción ingresa el catéter por presión por la arteria femoral o por la arteria radial de la muñeca.

Siempre que aparece una técnica nueva en cardiología se dice que la coronariografía tiene sus días contados. No obstante, ésta no perdió vigencia y aún es el método patrón o gold-standard por excelencia para diagnosticar y ubicar las obstrucciones en las importantes arterias del corazón.

La CCG también puede ser usada en combinación con ecografía intra-coronaria en 3-D por cateterismo. Así, la coronariografía, a través de un equipo denominado angiógrafo (en forma de arco que emite rayos X) muestra el canal interno del vaso y la ecografía 3-D la complementa, observando las características de la pared del vaso, ambos métodos en simultáneo. La información obtenida luego es analizada por softwares especializados.

La angioplastia, también llamada angioplastía, es el procedimiento terapéutico por cateterismo más frecuente en la práctica médica actual en el mundo, con más de dos millones de procedimientos anuales, y va in crescendo. Antes de la angioplastia debe efectuarse el cateterismo diagnóstico de rigor o CCG.

En la actualidad, en centros de primera línea internacionales y de nuestro país, existe la coronariografía no invasiva por tomografía pero no todos los centros pueden disponer de semejante equipamiento. Además, antes de la angioplastia terapéutica se requiere todavía del cateterismo diagnóstico o CCG.


INESPERADO

                         Como sucede casi siempre en la mayoría de los descubrimientos y grandes avances, para Sones la coronariografía fue inesperada y casual; pero su mente preparada percató lo sucedido cuando su catéter involuntariamente ingresó en la su arteria coronaria derecha sin fibrilar el corazón.

¿Quién hubiera dicho que un cardiólogo pediátrico habría de revolucionar la cardiología mundial de adultos desde 1959, en la Cleveland Clinic , en el estado de Ohio, Estados Unidos ? 


Se puede hablar de un antes y un después de Mason Sones por su aporte a la cardiología internacional.

Su monumental aporte (que este 2008 cumple nada menos que 50 años) fue nada menos que la coronariografía, la cual posibilitó, entre muchos avances, el desarrollo de la cirugía directa de revascularización miocárdica (en 1967, en la misma Cleveland Clinic) y el de la angioplastia coronaria (en 1977, en Suiza).

Sones siempre fue una persona muy amable y humilde, ¡y en Argentina nos dejó un gran discípulo!

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