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“Los técnicos de la economía, felices por una vez de que los pusieran como adorno de una cena de alta gama, cruzaron información entre sí sobre quiénes habían pasado ya por el quirófano, algunos con by pass, otros con angioplastía, dos métodos que dividen las aguas entre los cardiólogos clíncos, los cardiólogos intervencionistas y los cardiocirujanos. Favaloro fue el defensor del by pass coronario mientras que su amigo, el riojano Luis de la Fuente, de la angioplastía, la reparación de las arterias dañadas con el ya popular «stent» o malla de acero que mantiene expandida esas vías y permite recuperar la irrigación. Curiosa la historia de esos dos amigos casi de juventud que terminaron distanciados por un método cardiológico, señal seguramente de la pasión con la cual tomaban su trabajo. Favaloro solía decir que si le diagnosticaban alguna enfermedad cardíaca debían, sin embargo, llamarlo a su amigo, el riojano Luis De la Fuente, que atendió a varios presidentes, como Carlos Menem y Fernando de la Rúa. A Favaloro se le atribuye un intento de atender a Juan Perón en 1974, durante la crisis que lo llevó a la tumba, pero su diagnóstico no fue escuchado. «Con tres by pass se salvaba», decía el médico que se suicidó abrumado, se dice, por las deudas de su fundación. La atención de Perón en aquellos años estaba a cargo de Pedro Cossio y un equipo que no dejó opinar a nadie más”. (PUBLICADO EN LA SECCIóN CHARLAS DE QUINCHO, DEL DIARIO AMBITO FINANCIERO DEL 29/09/08 y tomado por el diario riojano EL INDEPENDIENTE). |
Favaloro y De la Fuente
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