Operado por De la Fuente se recupera el ‘Conejo’ Tarantini

Tarantini fue intervenido del corazón, por segunda vez, en una semana, mediante una angioplastia coronaria programada a cargo del cardiólogo Luis De la Fuente, en la porteña clínica Suizo Argentina.

El ex-futbolista de la selección argentina y ex-jugador en River y Boca y de Inglaterra, Alberto Tarantini, se recupera de su segunda angioplastia coronaria debido a una dolencia cardíaca. Por ello, fue hospitalizado en la semana en la Clínica Suizo-Argentina, de la Capital Federal, por un fuerte dolor de pecho. Allí, fue atendido por el equipo de cardiólogos intervencionistas de Luis De la Fuente.

El ex-deportista y ex-campeón mundial de fútbol (1978), fue, también, quien pidió por tres amigos desaparecidos en la época de la represión ilegal en su momento y lo hizo frente al dictador Videla en persona.

Tarantini fue intervenido del corazón, por segunda vez, en una semana, mediante una angioplastia coronaria programada a cargo del doctor De la Fuente, el Jefe del área de Cardiología intervencionista de la Suizo Argentina, también un pionero internacional en esta técnica coronaria “minimamente” invasiva a corazón cerrado”.

La primera intervención fue de urgencia y el fin de semana a la arteria “culpable” responsable del síntoma.

Otros pacientes del mundo del deporte que han pasado por este procedimiento últimamente fueron Roberto Perfumo, el ex-Secretario de Deportes de la Nación y actual comentarista deportivo de ESPN y de OLÉ; el periodista deportivo Julio Ricardo; Fernando Niembro; Aldo Savino (Presidente de San Lorenzo y vice de la AFA); y el ex- futbolista y crack José Sanfilippo.

Tarantini se recupera favorablemente de su compleja intervención que implicó la colocación de dos “stents” o mallas metálicas de acero, la cual es empujada y colocada con un catéter que la expande para mantener abierta la milimétrica arteria dilatada e impedir su re-obstrucción. En promedio, las arterias coronarias poseen unos tres milimetros de diámetro.

FUENTE: WWW.RIOJAVIRTUAL.COM.AR

"CIRUGIA ROBOTICA"

" Nombres legendarios y míticos tales como Zeus y Da Vinci, se revitalizan y asocian desde ahora a los más de 800 equipos robóticos instalados en diferentes quirofanos de todo el mundo. Los mismos, adoptan forma de máquinas corpulentas con tres brazos mecánicos flexibles.

Parecen de ciencia ficción, tan sólo lo parecen...

Éstos sistemas, que en la actualidad están en uso, llegaron para formar parte de la cirugía más moderna. Es ésto, ya, una tendencia creciente. Hablamos, claro está: de la cirugía robótica y no de un deseo o un sueño. Porque ésto es real. Es una verdadadera mezcla híbrida de disciplinas científicas pero gran fruto -al fin y al cabo- de la moderna ingeniería bio-médica, de la informática, de la cibernética y de la ciencia médica entrelazadas todas en conjunto.

Menor dolor, menos pérdida de sangre y pequeños cortes. En otras palabras: menos sufrimiento. Ya, constituye otra variante de la pujante y piadosa medicina llamada minimanente invasiva.

El cirujano jefe cuando opera: lo hace a distancia y sin tocar al paciente con sus manos y lo hace pero a través de los brazos del robot (que portan el instrumental quirúrgico).

Entonces, tenemos tres brazos en el robot: dos que contienen al instrumental (el cual si es intercambiado manualmente) y el tercero que lleva una cámara para ver.
A distancia - por internet- o a metros del paciente; el cirujano a cargo apoya con comodidad su cabeza en una consola. Es para poder ver en tres dimensiones (3-D) ayudado claro está, por un sistema magnificador de su visión (hasta 20 veces, casi como en las micro-cirugías).

Desde antes, el cirujano asistente preparó al paciente para introducir los brazos del robot en su cuerpo. A su lado, yace el ingeniero en biomedicina.
Entonces, vaya que si, fue un verdadero hito en la medicina latinoamericana, y que se anotó nuestro país, cuando en el Hospital de Clínicas -a fines del año 2005- , más precisamente en el Servicio de Cirugía Digestiva, a cargo del Profesor Pedro Ferraina, donde un equipo del médico argentino visitante -residente en U.S.A. - Santiago Horgan, operó con éxito y con muestra incluida al auditorio, a un jóven paciente argentino.

La intervención se realizó durante el 76 avo. Congreso Argentino de Cirugía a un hombre de 34 años portador de una enfermedad que produce dificultades en el esófago denominada acalasia.

Pero no sólo la ésta patología llamada acalasia tiene sus días contados: cirugías de próstata y de útero, cirugías renales y reemplazos de válvulas cardíacas también prometen ser de rutina y ya son de la partida.
Los cirujanos sotienen -que con ésta tecnología- no existe el fantasmal temor al error y el milimétrico temblor humano.

Es de altísima precisión y caro el robot, pero de lo mejor y es para aplaudir ".

"Se recupera un locutor de ley"

POR HÉCTOR DE LA FUENTE




"El locutor y conductor radial y televisivo, Jorge Agüero, se recupera favorablemente de su afección coronaria". Así, con certeza, informó el diario NUEVA RIOJA en Enero de este año.

Agüero en los diarios, Agüero en las radios, Agüero en Internet y Agüero en todas partes.

También dijo lo mismo que el primer párrafo de esta columna, toda la prensa riojana, y una voz con un sonido monocorde en medio de un pasillo. Era la voz del joven cardiólogo Carlos Reguera, de la Unidad Coronaria -del legendario Servicio de Cardiología del Sanatorio Güemes-, quien leía la información vertida en el parte médico.

Ese Servicio de Cardiología supo estar (en manos riojanas) a la altura de los mejores centros del mundo y ese pasillo no era un lugar cualquiera, para nada.

Debería tal vez, algún día, ser decretado "monumento histórico" esa zona, pues por allí pasó gran parte de la evolución de la medicina cardiovascular argentina (y más aún todavía). Ojalá que no se le "pague" con ingratitud ni con deslealtad.

Contrastaba, volviendo a esa voz médica (no tan modulada) con la del locutor riojano, agradable y cálida esta por cierto. La de Agüero, es una voz que se escucha, sea como oyentes en Radio Libertad o por Internet -de lunes a viernes por la tarde-, o como amigos o allegados.

Después de todo, el galeno, un amigo y agradable chaqueño, y a la sazón un buen cardiólogo clínico, se formó durante su paso por la Universidad de Medicina para otra cosa. Se preparó para la medicina, para la ciencia y la salud de sus pacientes y para escuchar a sus pacientes más que nada. No para la locución.

La letra fría de ese ansiado parte contrastó con el calor y la humedad de la época y con el vértigo y la adrenalina vivida desde hace no pocas semanas, sino por el contrario.


Un día clave

El 25 de diciembre fue un día clave para todos, como siempre. Pero para el compañero Agüero, además de ser el día de la nostálgica-alegre Navidad, asociada algo, con la resaca de la Nochebuena previa y del fin de año, era además, el día de su cumpleaños.

Una lógica y generalizada alarma, se encendió, pues ese mismo día, innumerables llamados telefónicos al celular del locutor, nunca fueron contestados. No fue por descortesía, sino porque Agüero no podía responder siquiera su propio teléfono.

Lógico, estaba internado en el Sanatorio Rioja debido a un abrupto cuadro de epistaxis (sangrado nasal), evento que le produjo una importante pérdida de sangre.

Luego de este episodio, Agüero, con su esposa, María Yacante y en un segundo viaje con Romina Neira, su nieta, reciente periodista, enfilan hacia Buenos Aires para atenderse con Luis De la Fuente, en un avión sanitario, y cerraron el 2008, allá, en Buenos Aires.

El Sanatorio fue testigo, por siempre, de innumerables luchas médico-científicas, muchas de ellas, ampliamente conocidas por los riojanos. Dotada está la clínica, de un helipuerto para verdaderas urgencias médicas.

Reales batallas médicas y grandes epopeyas científicas, sin temor a exagerar se gestaron allí. Técnicas tales como el cateterismo coronario, el abordaje moderno del infarto agudo de miocardio, el by-pass, la angioplastia, el desarrollo de los "stents", la valvuloplastia, los trasplantes cardíacos y cardio-pulmonares; la cirugía laparoscópica, la primer historia clínica computada, los sixtillizos López, y otros hitos médicos tuvieron su inicio, desarrollo y apogeo en la época de "oro" del Sanatorio Güemes durante de los años ‘70 y ‘80 ‘ incluso hasta el año 1993. Pero no sólo fue todo esto por las paredes de acero inoxidable del Güemes o por la tecnología de punta sino por los prominentes médicos que lo habitaban, algunos ya, no sólo de vuelo nacional, sino de nivel internacional y hasta poseyó dos verdaderos pioneros mundiales.

Y fue, ahora este, el lugar soñado, que tanto el destino como la providencia -y algo más- quisieron para que el querido locutor riojano (50 años de trayectoria, alma de niño y con calle propia) recale como paciente, debido a su importante dolor de pecho. Un recio paciente y muy bueno en obediencia, a decir verdad.

Tenga cuidado con lo que desea

POR HÉCTOR DE LA FUENTE

Especial para NUEVA RIOJA


" Dice el popular refrán: "tengan cuidado con lo que desean". Y una cosa son algunos anhelos, en el plano ideal y otra muy distinta son en el plano real. So pena que se hagan realidad. Y si los augurios se concretan puede que no sean del todo agradables en la práctica y en el plano de la realidad y pueden ser hasta opuestos al mundo de las ideas. Es tal cual. Por ello se puede decir, sin temor al yerro, que el personaje de esta columna, Claudio Zin, otro miembro del clan de los médicos televisivos casi logra lo que quiso, siempre dentro de sus posibilidades. Uno de estos deseos fue el abrazo de la fama mediática.

Y, lo logra como aspirante a político (en su tercera etapa profesional) algo que como médico no pudo alcanzar. Y fue esto, así, a pesar de haber sido un distinguido e inteligente especialista en el sistema renal (en su primera etapa). Llegó a lo que deseaba pero el tema, ya un dilema para él, es, como salir de un callejón: el de la fama y de las posibles querellas judiciales cuando se es funcionario público a cargo, nada menos, que del ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires.

Algo que hizo el médico luego de recalar en este cargo sin ser ni especialista en la materia salud pública ni militante declarado del partido justicialista o un extra-partidario siquiera. Cargos, estos, que como el PAMI o el Ministerio de Salud de la Nación, ya son una suerte de silla eléctrica. En lo personal, este columnista, conoce a muy pocos o a casi nadie que salga bien parado del mundo de la política. Pero es tema de análisis para otra columna.



Conexión La Rioja

Ocupar el ministerio, siguiendo los pasos de su amigo Cormillot, fue de seguro para Zin, casi tocar el cielo con la manos. Tocarlo sería para él ser el ministro nacional. Llegó, luego de una aceptable carrera como columnista televisivo y radial (aquí empezó a ser más conocido aunque erró mucho por opinar en demasía en otras especialidades médicas). Y fue columnista sin base periodística, que no es lo mismo que ser periodista aunque la fantasía de serlo siempre está.

Para algunos, fue un golpe de su audacia y, para otros, más bien la actitud de un kamikaze como cuando fue candidato a diputado-corresponsal para Italia. Así nos enteramos que Zin nació en Italia y que esa paga en euros no es nada mala. Por el contrario.

Se sabía pero ahora ya es pública, la admiración secreta del doctor Zin por la política y por los políticos.

Y como todo se une y se conecta, existe la conexión con La Rioja pues Zin fue asesor en una dependencia como la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología) bajo la órbita del ministerio de Salud Pública del gobierno del ex-Presidente Carlos Menem.

Así es y en efecto está, Claudio Zin como médico nefrólogo y ahora un ex "periodista científico" devenido a político y funcionario público.

Educado es y por lo general buenas maneras tiene, quien siempre soñó con estos "momentos" ondulantes de adrenalina y de vértigo pero peligrosos, aunque fieles a como vivió. Esto es, desde luego, algo más que ir al filo de la navaja.

La saga de la angioplastia (1977-2007)

" La técnica fue empleada por primera vez en Suiza, en el año 1977 y es la más empleada actualmente para revascularizar al miocardio y tiene mucho más aun para dar



Que casi una verdadera "Guerra Médica", para denominarla con exactitud y de manera cierta pues llamarla "batalla" seria minimizar lo sucedido. Fue casi una -subterránea- guerra la de las "coronarias".

Aunque se diga lo contrario y aunque todavía se diga que en las guerras nunca nadie gane. ¡Angioplastia vs. bypass o bypass vs. angioplastia, prefiera usted lector!

De esto se trató la cuestión desde el año 1977 y aun se trata. Veremos aquí el panorama y en columnas sucesivas profundizaremos.

No sea tal vez la angioplastia tan espectacular para un espectador -dentro del quirófano- como para algunos seria el bypass (se abre un pecho o tórax) pero lo que sí es espectacular es la recuperación del paciente y las imágenes de antes y después de la liberación de la obstrucción con un catéter.

La técnica de dilatación arterial fue un verdadero hito de la medicina, de la ciencia y de la tecnología, y desde su irrupción, los pacientes ya no van -directo o derivados- al cirujano cardiovascular para operarse a "cielo abierto"; van para que un cardiólogo intervencionista los opere pero a corazón cerrado. Y no es esto lo mismo, claro está.

Angio-plastia, deriva de dos palabras: Angio que significa vaso y plastia que es reparación.

Esta técnica surgió un 16 de enero pero de hace ya casi 45 años (1964) con Charles Dotter como "padre de la radiología intervencionista". Y Dotter fue frenado en Estados Unidos por los cirujanos que no "creían".

Bypass, en cambio, se refiere al termino "derivación".

Esta columna, la número 15, ahora empieza a rotar, a girar, para pasar a ocuparse no tan sólo de aquellos extraordinarios cirujanos (de manos grandes y muy diestras) sino también de aquellos grandes médicos provenientes de otras especialidades de la medicina interna como la cardiología clínica o de la radiología que con sus técnicas, sus avances o descubrimientos -verdaderas epopeyas-, operan pero endo-vascularmente.

Es decir: sin las grandes incisiones de las cirugías tradicionales. Dicho de otro modo: que operan y reparan -desde adentro del vaso- sin el bisturí pero con un catéter (lo hacen a distancia y sin tocar con sus manos al paciente). Y lo efectúan a través de un moderno instrumental. Son los médicos "intervencionistas", los cuales cada vez más invaden nuevas partes del cuerpo humano y esto es la medicina "mínimamente invasiva".

Si hablamos de pioneros, nos referimos a radiólogos como Charles Dotter, a Melvin Judkins, a Andreas Gruentzig, a Richard Myler o hablamos de un Simon Stertzer y otros y todos conectados a nuestro país. Se verá en las próximas columnas sucesivas que tres de ellos murieron, lamentablemente el mismo año (1985).


Contexto

La Ciencia médica es un producto social, está inmersa en la sociedad y no es ajena a esta y posee varios contextos o planos: social, cultural, histórico, educativo, tecnológico, económico y hasta político y legal.

También posee -la ciencia médica- grandes paradojas debido a estos contextos. Veremos que -en Norteamérica, a modo de ejemplo- y aunque tuviera dicho país una estrecha y directa relación con varios logros científicos, que no se pudieron concretar ni efectuar finalmente allí muchos de dichos avances.

Por ejemplo, no pudieron lograr ni el primer trasplante cardiaco (1968) que se realizó en Sudáfrica o la primer angioplastia coronaria (1977), que surgió en Suiza. Tampoco el primer implante de la "neo-arteria" (2005) ni el descubrimiento de la quinta cavidad cardiaca (2002) ambos si en Argentina.

Ni se descubrió -en otro orden, en USA- el temible HIV (1981), sí en Paris, en el Instituto Pasteur. ¿Por? Por dichos contextos y por el factor "humano".

A los 38 años de edad, un médico radiólogo alemán llamado Andreas Gruentzig (1938-1985) realizó por primera vez en la historia de la medicina un procedimiento denominado angioplastia coronaria.

Empezó así la era de la cardiología intervencionista. Fue inédita aquella dilatación de una arteria coronaria -obstruida- con un catéter (tubo largo, delgado y flexible introducido en el cuerpo) en un paciente de la misma edad que su médico -en Zúrich-, Suiza. Corría, por entonces, el año 1977 en Europa.

Rompe así Gruentzig un paradigma científico y una creencia que sostenía: "que solo era posible revascularizar al corazón, mediante una técnica quirúrgica agresiva, muy invasiva, que implicaba la apertura del tórax, anestesia profunda y la "parada" del corazón como el bypass. La angioplastia demolió ese concepto.

Hubo intentos previos a Gruentzig -desde 1964- para dilatar (desde adentro, endo-vascularmente) arterias de las piernas, como la femoral o la arteria iliaca por parte del radiólogo vascular estadounidense de origen alemán Charles Dotter. Pero los cirujanos en Estados Unidos fueron implacables, e impidieron su extensión a los vasos coronarios.

De niño, Gruentzig vivió aquí, en Argentina y casi siempre la historia vuelve una y otra vez a nuestro querido país. Vivió junto a su familia como un refugiado de guerra, por su origen alemán y su primo aun vive aquí.

Pero no fue tampoco en Alemania, donde Gruentzig pudo efectuar la primera angioplastia coronaria en la historia. Si lo fue en Suiza -en septiembre de 1977- y esto quiere decir que recién se cumplieron 30 años de la técnica; la cual, es por otra parte, la más empleada en la actualidad para revascularizar al miocardio y tiene mucho más aun para dar.

La angioplastia, una técnica en continua expansión: fue, es y será finalmente un "dolor de cabeza" para los cirujanos cardiovasculares convencionales -sobre todo- para aquellos cirujanos más jóvenes. Los pacientes: muy agradecidos.

El Doctor Simon Stertzer

Por Héctor De la Fuente
Especial para Nueva Rioja
tomado con permiso de la Editorial Famatina

" Existen los super-deportistas, super-músicos, super-actores y los super-escritores.

Todos ellos, en cada uno de sus respectivos campos o esferas de acción, descollan y levantan olas de aplausos.

Parecido es pero nunca lo es de ningún modo igual y comparable en la hiper-competitiva medicina -de hoy- donde existen los médicos sacrificados y meritorios, y hasta los super-médicos.

Simon Stertzer es un super-médico internacional. Dicen que hoy, es uno de los más grandes de la cardiología. Lo es ya desde hace varias décadas.

 También afirman que junto a un cardiólogo argentino, es el número uno del mundo en la pujante cardiología intervencionista experimental, nada menos.

O, mejor dicho, por su nombre más técnico, el sistema de revascularización miocárdica -con catéter- mínimamente invasivo. Hablamos, claro, de la conocida angioplastia coronaria.

A simple vista, Stertzer no parece un médico extranjero prominente. Luce jovial, es delgado y de aspecto informal, juvenil diríamos. Es frecuente verlo con botas texanas. Parece una estrella o un actor estadounidense más que un investigador científico y es muy austero y humilde que no opina de lo que no sabe y sabe mucho.

Habla en español de manera suave con un leve acento francés. En su juventud vivió en Francia, país muy admirado por él, así como Argentina. Es tal el dominio de nuestro idioma que bromea como si fuera un argentino más.

Así como es versátil dentro de la Sala de Intervenciones Cardiovasculares de la Universidad de Stanford, puede pasar de actividad y cambiar su rol -como quien cambia de ropa- para manejar un fantástico jet con la misma habilidad con que realiza sus angioplastias y moviliza un catéter (un tubo largo, delgado y flexible) dentro de las milimétricas arterias coronarias; ya sea porque fue convocado por algún jefe de Estado de algún país que requiere sus servicios médicos, o por alguna personalidad mundial.

Stertzer realizó en marzo de 1978, la primer angioplastia coronaria en Nueva York, Estados Unidos de América, junto a Richard Myler del San Francisco Heart Institute, pero por diferencias de horas se le acreeditó como la primera a Stertzer.

También es el encargado de los servicios médicos internacionales de la legendaria Universidad de Stanford (cuna de varios premios Nóbel y meca del transplante cardíaco y del transplante cardiopulmonar) y actualmente es, nada menos, que el director del programa de Angioplastia Coronaria Experimental de la misma Universidad, que posee el centro de referencia mundial en ultrasonido intravascular, por ejemplo. Allí, es donde el argentino Luis De la Fuente es Profesor Visitante en Angioplastia Experimental.

El próximo año, cuando se retire de la actividad universitaria y académica, esa notable cátedra de cardiología intervencionista de Stanford llevará su nombre.

Mientras tanto, ¡no puede hablar con la prensa!

En 1968, formó parte del histórico equipo de George Green en Nueva York, que efectuó el primer by-pass usando un conducto arterial (la arteria mamaria interna).

Diez años más tarde -marzo de 1978- realizó la primera angioplastia coronaria en su país de origen, Estados Unidos de América.

Luego de algunos casos exitosos con el grupo de by-pass arterial, discontinuo su labor ante las presiones y la velada amenaza que serían demandados por "supuesta mala praxis".

En la actualidad, el injerto de la arteria mamaria interna (una arteria tomada del tórax) ha superado como conducto de primera elección al injerto de by-pass con conducto venoso (es la vena safena tomada de la pierna del propio paciente). Aunque todas estas técnicas han sido superadas en volumen por la más moderna angioplastia.

Stertzer, le ha aportado a la humanidad investigaciones pioneras e inéditas junto a argentinos y también desde nuestro país.

Además de la angioplastia con balón, desarrolló otras técnicas -a nivel internacional- como las mallas metálicas de acero, que son prótesis tubulares espiraladas y expandibles denominadas stents, así como también los stents liberadores de medicamento dentro de la misma arteria junto al argentino doctor De la Fuente, desde 1986, en nuestro país, los primeros y los segundos desde 1999.

Este gran científico, que fu postulado al Nobel de Medicina vía Stanford, es amigo personal del actor Clint Eastwood y médico de su familia, así como también un gran amigo de nuestro país, amén de ser una muy buena persona.

Durante este año estaba previsto su arribo pero los avatares de último momento (múltiples pacientes de urgencia) en la ajetreada agenda de su amigo y anfitrión, el cardiólogo Luis De la Fuente, tampoco impidieron semejante visita ilustre y cumplió.

Si viviéramos en una sociedad distinta, tal vez más sana, lo llamarían con justeza "modelo", aunque tan sea sólo un "modelo masculino médico y científico"...