Por Héctor De la Fuente
Especial para Nueva Rioja
tomado con permiso de la Editorial Famatina
" Existen los super-deportistas, super-músicos, super-actores y los super-escritores.
Todos ellos, en cada uno de sus respectivos campos o esferas de acción, descollan y levantan olas de aplausos.
Parecido es pero nunca lo es de ningún modo igual y comparable en la hiper-competitiva medicina -de hoy- donde existen los médicos sacrificados y meritorios, y hasta los super-médicos.
Simon Stertzer es un super-médico internacional. Dicen que hoy, es uno de los más grandes de la cardiología. Lo es ya desde hace varias décadas.
También afirman que junto a un cardiólogo argentino, es el número uno del mundo en la pujante cardiología intervencionista experimental, nada menos.
O, mejor dicho, por su nombre más técnico, el sistema de revascularización miocárdica -con catéter- mínimamente invasivo. Hablamos, claro, de la conocida angioplastia coronaria.
A simple vista, Stertzer no parece un médico extranjero prominente. Luce jovial, es delgado y de aspecto informal, juvenil diríamos. Es frecuente verlo con botas texanas. Parece una estrella o un actor estadounidense más que un investigador científico y es muy austero y humilde que no opina de lo que no sabe y sabe mucho.
Habla en español de manera suave con un leve acento francés. En su juventud vivió en Francia, país muy admirado por él, así como Argentina. Es tal el dominio de nuestro idioma que bromea como si fuera un argentino más.
Así como es versátil dentro de la Sala de Intervenciones Cardiovasculares de la Universidad de Stanford, puede pasar de actividad y cambiar su rol -como quien cambia de ropa- para manejar un fantástico jet con la misma habilidad con que realiza sus angioplastias y moviliza un catéter (un tubo largo, delgado y flexible) dentro de las milimétricas arterias coronarias; ya sea porque fue convocado por algún jefe de Estado de algún país que requiere sus servicios médicos, o por alguna personalidad mundial.
Stertzer realizó en marzo de 1978, la primer angioplastia coronaria en Nueva York, Estados Unidos de América, junto a Richard Myler del San Francisco Heart Institute, pero por diferencias de horas se le acreeditó como la primera a Stertzer.
También es el encargado de los servicios médicos internacionales de la legendaria Universidad de Stanford (cuna de varios premios Nóbel y meca del transplante cardíaco y del transplante cardiopulmonar) y actualmente es, nada menos, que el director del programa de Angioplastia Coronaria Experimental de la misma Universidad, que posee el centro de referencia mundial en ultrasonido intravascular, por ejemplo. Allí, es donde el argentino Luis De la Fuente es Profesor Visitante en Angioplastia Experimental.
El próximo año, cuando se retire de la actividad universitaria y académica, esa notable cátedra de cardiología intervencionista de Stanford llevará su nombre.
Mientras tanto, ¡no puede hablar con la prensa!
En 1968, formó parte del histórico equipo de George Green en Nueva York, que efectuó el primer by-pass usando un conducto arterial (la arteria mamaria interna).
Diez años más tarde -marzo de 1978- realizó la primera angioplastia coronaria en su país de origen, Estados Unidos de América.
Luego de algunos casos exitosos con el grupo de by-pass arterial, discontinuo su labor ante las presiones y la velada amenaza que serían demandados por "supuesta mala praxis".
En la actualidad, el injerto de la arteria mamaria interna (una arteria tomada del tórax) ha superado como conducto de primera elección al injerto de by-pass con conducto venoso (es la vena safena tomada de la pierna del propio paciente). Aunque todas estas técnicas han sido superadas en volumen por la más moderna angioplastia.
Stertzer, le ha aportado a la humanidad investigaciones pioneras e inéditas junto a argentinos y también desde nuestro país.
Además de la angioplastia con balón, desarrolló otras técnicas -a nivel internacional- como las mallas metálicas de acero, que son prótesis tubulares espiraladas y expandibles denominadas stents, así como también los stents liberadores de medicamento dentro de la misma arteria junto al argentino doctor De la Fuente, desde 1986, en nuestro país, los primeros y los segundos desde 1999.
Este gran científico, que fu postulado al Nobel de Medicina vía Stanford, es amigo personal del actor Clint Eastwood y médico de su familia, así como también un gran amigo de nuestro país, amén de ser una muy buena persona.
Durante este año estaba previsto su arribo pero los avatares de último momento (múltiples pacientes de urgencia) en la ajetreada agenda de su amigo y anfitrión, el cardiólogo Luis De la Fuente, tampoco impidieron semejante visita ilustre y cumplió.
Si viviéramos en una sociedad distinta, tal vez más sana, lo llamarían con justeza "modelo", aunque tan sea sólo un "modelo masculino médico y científico"...
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