El sueño de la Angioplastia coronaria ambulatoria
El sueño de la angioplastia coronaria ambulatoria ha llegado para quedarse
*Se está notando, en nuestro país, una tendencia en alza, aunque demorada y moderada, a efectuar ahora muchos procedimientos de revascularización miocárdica del tipo de las angioplastias coronarias por la arteria radial.
Así, el sueño de la angioplastia coronaria ambulatoria ha llegado para quedarse, logrando en algunos casos seleccionados el “alta” o egreso del paciente hospitalizado luego de su angioplastia el mismo día del procedimiento.
La arteria radial, es un vaso que puede ser apreciado en la muñeca a nivel del pulso arterial y es famosa desde los tiempos de Hipócrates.
Es ahora esta arteria y esta técnica objeto de difusión –por ciertos sectores médicos, los de siempre, mediante la prensa- como conducto vascular, pasible de ser útil para ingresar al organismo –por punción- catéteres y “stents” coronarios en este tipo de procedimiento cardiológico moderno.
En realidad, la técnica de la arteria radial comenzó en Europa en el año 1989 con Campeau pero siempre predominó la vía femoral. Por la vía radial, de este modo, desde la muñeca, el catéter sube y entra en las arterias radial, humeral y axilar, sucesivamente, hasta desembocar en la aorta, para luego navegar por las arterias coronarias.
La angioplastia transluminal coronaria es una técnica mínimamente invasiva percutánea –a través de la piel- y endovascular –por dentro del vaso-, que utilizan los cardiólogos intervencionistas para intentar anular la isquemia de miocardio debido a una o a varias obstrucciones arteriales.
La angioplastia puede ser empleada en otros territorios vasculares: arterias renales, arterias femorales, etc.
Fue, es y será por mucho tiempo un verdadero “dolor de cabeza” para los cirujanos cardiovasculares, debido a la merma en el flujo de trabajo que les significó esta técnica coronaria poco invasiva ahora en manos de los cardiólogos; método que se renueva cada año y expande sus indicaciones médicas.
Se estima que tan sólo en los EE.UU de América, la cantidad de procedimientos de este tipo, superará –dentro de poco- la importante cifra de 1 millón de casos anuales, superando al by-pass aorto-coronario en todo el mundo en cuestión de volumen de pacientes.
En nuestro país, en cambio, si bien la angioplastia creció, no lo hizo a un ritmo sostenido. Para el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas, la entidad que aglutina a todos los cardiólogos intervencionistas; en el año 2007 –año de la última estadística- reefectuaron más de 20.000 angioplastías. Se concretaron de este modo, casi la mitad de procedimientos que los practicados en Uruguay, por ejemplo; a razón de 450 intervenciones en Argentina por millón de habitantes.
Seguro todo, porque se debe recordar que el by-pass (1962/64/67/68) se hizo en los Estados Unidos; con pacientes, clínicas y hasta equipos médicos de soporte –y algo más- también de origen estadounidense.
La angioplastia, nace en Estados Unidos de América, en el año 1964, de la mano de un radiólogo vascular estadounidense de origen alemán, Charles Dotter, quien la hace para las arterias de las piernas. Dotter le puso el nombre de “angio” por vaso y de “plastia” por reparación. Y este pionero tuvo su discípulo argentino Luis De La Fuente, quien a su vez, es pionero de la angioplastia radial en nuestro país así como de la angioplastia femoral (1979) y de la angioplastia con “stent” farmacológico a nivel mundial (1999).
Para que tengamos una idea, debemos informar –nobleza obliga- que el doctor De la Fuente rechazó una propuesta para introducir y desarrollar la angioplastia en el Principado de Mónaco, por ejemplo; la cuna del jetset mundial y de las celebridades en Europa si las hay en 1998.
Volviendo a la técnica de dilatación por catéter o angioplastia del “maestro” Dotter, ésta fue frenada en EE.UU por los cirujanos cardiovasculares y por ello –a posteriori- fue impulsada por un médico alemán en Europa, Andreas Grüentzig, quien vivió –de niño- como refugiado de guerra en Argentina.
Grüentzig, inició la angioplastia coronaria en 1977 utilizando la arteria femoral (a nivel de la ingle). Como se puede apreciar, todos los caminos se entrecruzan y todas las conexiones son posibles. Dotter, además, inventó la palabra “stent” (1968), que es la endoprótesis vascular que se coloca dentro de la milimétrica arteria coronaria o en otras para mantener la apertura del vaso.
Algunos cardiólogos intervencionistas, jóvenes y “agresivos” postulan que dentro de muy poco tiempo todas las lesiones coronarias podrán ser tratadas por angioplastia salvo las lesiones severas del tronco de la arteria coronaria izquierda así como las lesiones múltiples en aquellos pacientes con diabetes.
La angioplastia radial, aunque es más compleja en la faz técnica para el operador (un cardiólogo intervencionista); es según los expertos “una técnica que ha llegado para quedarse”; dada sus importantes ventajas en aquellos pacientes que felizmente la puedan recibir.
FUENTE: PORTAL MINUTO UNO
WWW.MINUTOUNO.COM.AR
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