“Los días imposibles”, nota destacada en la Voz del Interior
Carlos Schilling analizó de una manera interesante y profunda esta publicación que contiene 59 poemas.
El libro “Los días imposibles” que publicó el Jefe de Redacción de NUEVA RIOJA, Fernando Viano, fue destacado en una publicación del suplemento cultural de la Voz del Interior. Bajo el nombre “La Dimensión Inesperada”, el periodista Carlos Schilling analizó de manera interesante y profesional estos 59 poemas que Viano se animó a exponer en este libro.
“Tal vez la mejor definición para este primer libro de Fernando Viano la proporciona el propio autor en el prólogo cuando dice que “Los días imposibles” es un rompecabezas apra armar y desarmar al mismo tiempo”. Ese objeto paradójico que se arma y se desarma a la vez remite sin dudas a todo un linaje de figuras – parientes más o menos cercadas de la banda de Moebius – en la que del pliegue de dos dimensiones surge una tercera inesperada”, así es como encabeza Schilling el análisis que hace de este libro riojano.
“Mediante una serie de actos de ilusionismo verbal que parecen traducir en forma de poemas ciertas ambigüedades ópticas estudiadas por la psicología gestáltica (¿una copa o dos caras que se besan? ¿el perfil de una gitana o una anciana?, etc), Viano busca ese volumen imaginario en el plano del lenguaje: “La extraña coincidencia/de lo uno con lo uno/sólo puede dar como resultado/laextraña coincidencia/de lo otro con lo otro//Coincidiamos”, transcribe el periodista sobre la poesía que Viano utiliza en “Los días imposibles”.
“De la lógica al amor, hay así un solo paso vertiginoso, un paso que, como va en las dos direcciones, se transforma en un trayecto indefinido: “No hay distancia/que no se complete/con más distnacias”. De modo que tambiénm puede decirse que del amor a la l´pgioca existe la misma distancia ínfima e infinita: “Ciertamente, los espacios que llenaste/de vacío,/no volverán a llenarse”, así sigue analizando este libro el periodista de La Voz del Interior.
“Imposible no recordar los dibujos de Escger o los poemas de Roberto Juárroz, ante este primer libro de Viano, que puede parecer por momentos algo mecánico en sus paradojas y simetrías internas, pero que al mismo tiempo es un artefacto de extraña precisión, una especie de reloj cpaz de medir no el tiempo sino aquello que no se cuenta como tiempo: “Ya no habrá más vueltas/en la calesita. //Sólo aquellos días imposibles/que no vuelven”, finaliza Schilling en el artículo “La dimensión inesperada”, donde habla sobre el libro de Fernando Viano.
Cabe resaltar que “Los Días Imposibles” es la primera publicación que edita el periodista y Jefe de Redacción de NUEVA RIOJA, Fernando Viano. El libro cuenta con el apoyo de la ley del Libro Nº 6.539. Son 59 poemas que hacen reflexionar sobre la vida, sobre el hecho de una búsqueda, que para el mismo autor no acaba nunca. El libro se presentará en la Feria del Libro, pero ya se puede adquirir en las oficinas del diario o bien mediante la página de Facebook: “El Vendajero” y en Rayuela Libros.
“Los Días Imposibles es principio y fin de una memoria recuperada en el olvido de un recuerdo, una ventana abierta a otro tiempo, a otra mirada; palabras para lo que no se puede nombrar; silencios para lo que se nombra. Es un rompecabezas para armar y desarmar al mismo tiempo”, dice Viano en el prólogo del libro. Y en esa medida, sus palabras son concretas y reales. Es un libro para leer y releer en cada uno de los 59 poemas.
No es algo caprichoso el hecho de su orden, puesto que comienza con “Esta ventana”, reveladoras palabras que hacen sumergirse entre poemas que van desde momentos precisos, hasta los más íntimos. Y todo concluye con “Ya no habrá más vueltas”, que con sintéticas frases envuelve ese rincón iluminado de oscuridades, que es la idea del autor de este libro.
“Es un gesto que en la distancia y en el tiempo permanece intacto, incluso a pesar de la distancia; incluso a pesar del tiempo. Los Días Imposibles es hoy, es aquí, es ahora”, finaliza el prólogo de este libro, quizás uno de los pioneros en una nueva forma de ver la poesía, un tanto más instrospectiva, surrealista que transmite esa búsqueda, que al parecer no termina jamás.
“Es difícil hablar de una motivación en particular, cuando la motivación mayor es, precisamente, la escritura. Motivación y movilización. Sin embargo, de lo que sí se puede hablar es de disparadores en torno a la poesía que, al mismo tiempo y por efecto de la búsqueda en las palabras, se tornan en motivaciones. Esos disparadores son aquellas temáticas que rodean a la poesía y, en particular, a mi poesía. Los Días Imposibles es justamente eso, una búsqueda en las palabras, a través de las palabras, para poder responder ciertos y determinados interrogantes en un momento particular de la vida en lo personal, pero también en el mundo que me rodeaba en el momento en que fue concebido, o que me rodea aún ahora, ya que hay temáticas que subyacen más allá de las instancias particulares. La soledad, el tiempo, la distancia, el vacío y también sus opuestos, el detrás de lo que se ve en un espejo, son algunas de las cuestiones fundamentales que acompañan a mi escritura desde siempre y, creo yo, a la escritura en general, partiendo desde la esencia misma del ser. Y la búsqueda pasa -o debería pasar-, justamente, por los puntos intermedios, por las intersecciones, por las zonas de encuentro que dan una sensación de equilibrio, aunque momentáneo. La escritura, y en particular la poesía, debe ser siempre, según mi punto de vista, una ruptura, una confrontación y hasta una provocación desde uno hacia el lector”, dijo el autor en una entrevista publicada en NUEVA RIOJA.
“Los Días Imposibles es, en algún punto, una postergación. Y cuando digo postergación me refiero a que, de alguna manera, se trata de un proyecto que durante un buen tiempo permaneció estanco, en un segundo plano, esperando por ver la luz. Y creo que mucho tiene que ver esa cuestión particular con el hecho de que es francamente difícil llegar al punto en que uno, como escritor y más allá de la actividad periodística que requiere de toda otra dinámica y fluidez a diario, siente que es el momento justo para publicar. Mi dedicación plena a la actividad periodística también tuvo mucho que ver en el hecho de que Los Días Imposibles tuviera que aguardar a que los extremos entre las columnas políticas y la poesía se pudieran tocar en algún punto, pudieran coincidir”, añadió.
En cuanto a las influencias a la hora de escribir determinó lo siguiente: “la mayor influencia a la hora de escribir una poesía, o sencillamente a la hora de escribir, sin distinción de géneros, es el observar el mundo que nos rodea, el tratar de interpretar las circunstancias particulares que a diario nos condicionan o nos impulsan, el intentar buscar siempre el más allá, lo que hay detrás de lo que vemos a simple vista. Luego, de una manera más inconsciente si se quiere, aparecen todas aquellas lecturas previas de aquellos autores que nos marcaron desde pequeños y que nos siguen marcando. Autores con los que nos sentimos identificados en esa búsqueda permanente que es la escritura y que, como tal, nace en la lectura. Personalmente estoy convencido de que no puede haber escritura sin la existencia de una lectura profusa y constante que es, sin dudas, el alimento, el motor. Si tuviera que pensar en un autor en particular que me haya marcado mucho y sobre el que siempre vuelvo con la misma avidez, ese es Roberto Juárroz, a quien recomiendo especialmente”.
“Tal vez la mejor definición para este primer libro de Fernando Viano la proporciona el propio autor en el prólogo cuando dice que “Los días imposibles” es un rompecabezas apra armar y desarmar al mismo tiempo”. Ese objeto paradójico que se arma y se desarma a la vez remite sin dudas a todo un linaje de figuras – parientes más o menos cercadas de la banda de Moebius – en la que del pliegue de dos dimensiones surge una tercera inesperada”, así es como encabeza Schilling el análisis que hace de este libro riojano.
“Mediante una serie de actos de ilusionismo verbal que parecen traducir en forma de poemas ciertas ambigüedades ópticas estudiadas por la psicología gestáltica (¿una copa o dos caras que se besan? ¿el perfil de una gitana o una anciana?, etc), Viano busca ese volumen imaginario en el plano del lenguaje: “La extraña coincidencia/de lo uno con lo uno/sólo puede dar como resultado/laextraña coincidencia/de lo otro con lo otro//Coincidiamos”, transcribe el periodista sobre la poesía que Viano utiliza en “Los días imposibles”.
“De la lógica al amor, hay así un solo paso vertiginoso, un paso que, como va en las dos direcciones, se transforma en un trayecto indefinido: “No hay distancia/que no se complete/con más distnacias”. De modo que tambiénm puede decirse que del amor a la l´pgioca existe la misma distancia ínfima e infinita: “Ciertamente, los espacios que llenaste/de vacío,/no volverán a llenarse”, así sigue analizando este libro el periodista de La Voz del Interior.
“Imposible no recordar los dibujos de Escger o los poemas de Roberto Juárroz, ante este primer libro de Viano, que puede parecer por momentos algo mecánico en sus paradojas y simetrías internas, pero que al mismo tiempo es un artefacto de extraña precisión, una especie de reloj cpaz de medir no el tiempo sino aquello que no se cuenta como tiempo: “Ya no habrá más vueltas/en la calesita. //Sólo aquellos días imposibles/que no vuelven”, finaliza Schilling en el artículo “La dimensión inesperada”, donde habla sobre el libro de Fernando Viano.
Cabe resaltar que “Los Días Imposibles” es la primera publicación que edita el periodista y Jefe de Redacción de NUEVA RIOJA, Fernando Viano. El libro cuenta con el apoyo de la ley del Libro Nº 6.539. Son 59 poemas que hacen reflexionar sobre la vida, sobre el hecho de una búsqueda, que para el mismo autor no acaba nunca. El libro se presentará en la Feria del Libro, pero ya se puede adquirir en las oficinas del diario o bien mediante la página de Facebook: “El Vendajero” y en Rayuela Libros.
“Los Días Imposibles es principio y fin de una memoria recuperada en el olvido de un recuerdo, una ventana abierta a otro tiempo, a otra mirada; palabras para lo que no se puede nombrar; silencios para lo que se nombra. Es un rompecabezas para armar y desarmar al mismo tiempo”, dice Viano en el prólogo del libro. Y en esa medida, sus palabras son concretas y reales. Es un libro para leer y releer en cada uno de los 59 poemas.
No es algo caprichoso el hecho de su orden, puesto que comienza con “Esta ventana”, reveladoras palabras que hacen sumergirse entre poemas que van desde momentos precisos, hasta los más íntimos. Y todo concluye con “Ya no habrá más vueltas”, que con sintéticas frases envuelve ese rincón iluminado de oscuridades, que es la idea del autor de este libro.
“Es un gesto que en la distancia y en el tiempo permanece intacto, incluso a pesar de la distancia; incluso a pesar del tiempo. Los Días Imposibles es hoy, es aquí, es ahora”, finaliza el prólogo de este libro, quizás uno de los pioneros en una nueva forma de ver la poesía, un tanto más instrospectiva, surrealista que transmite esa búsqueda, que al parecer no termina jamás.
“Es difícil hablar de una motivación en particular, cuando la motivación mayor es, precisamente, la escritura. Motivación y movilización. Sin embargo, de lo que sí se puede hablar es de disparadores en torno a la poesía que, al mismo tiempo y por efecto de la búsqueda en las palabras, se tornan en motivaciones. Esos disparadores son aquellas temáticas que rodean a la poesía y, en particular, a mi poesía. Los Días Imposibles es justamente eso, una búsqueda en las palabras, a través de las palabras, para poder responder ciertos y determinados interrogantes en un momento particular de la vida en lo personal, pero también en el mundo que me rodeaba en el momento en que fue concebido, o que me rodea aún ahora, ya que hay temáticas que subyacen más allá de las instancias particulares. La soledad, el tiempo, la distancia, el vacío y también sus opuestos, el detrás de lo que se ve en un espejo, son algunas de las cuestiones fundamentales que acompañan a mi escritura desde siempre y, creo yo, a la escritura en general, partiendo desde la esencia misma del ser. Y la búsqueda pasa -o debería pasar-, justamente, por los puntos intermedios, por las intersecciones, por las zonas de encuentro que dan una sensación de equilibrio, aunque momentáneo. La escritura, y en particular la poesía, debe ser siempre, según mi punto de vista, una ruptura, una confrontación y hasta una provocación desde uno hacia el lector”, dijo el autor en una entrevista publicada en NUEVA RIOJA.
“Los Días Imposibles es, en algún punto, una postergación. Y cuando digo postergación me refiero a que, de alguna manera, se trata de un proyecto que durante un buen tiempo permaneció estanco, en un segundo plano, esperando por ver la luz. Y creo que mucho tiene que ver esa cuestión particular con el hecho de que es francamente difícil llegar al punto en que uno, como escritor y más allá de la actividad periodística que requiere de toda otra dinámica y fluidez a diario, siente que es el momento justo para publicar. Mi dedicación plena a la actividad periodística también tuvo mucho que ver en el hecho de que Los Días Imposibles tuviera que aguardar a que los extremos entre las columnas políticas y la poesía se pudieran tocar en algún punto, pudieran coincidir”, añadió.
En cuanto a las influencias a la hora de escribir determinó lo siguiente: “la mayor influencia a la hora de escribir una poesía, o sencillamente a la hora de escribir, sin distinción de géneros, es el observar el mundo que nos rodea, el tratar de interpretar las circunstancias particulares que a diario nos condicionan o nos impulsan, el intentar buscar siempre el más allá, lo que hay detrás de lo que vemos a simple vista. Luego, de una manera más inconsciente si se quiere, aparecen todas aquellas lecturas previas de aquellos autores que nos marcaron desde pequeños y que nos siguen marcando. Autores con los que nos sentimos identificados en esa búsqueda permanente que es la escritura y que, como tal, nace en la lectura. Personalmente estoy convencido de que no puede haber escritura sin la existencia de una lectura profusa y constante que es, sin dudas, el alimento, el motor. Si tuviera que pensar en un autor en particular que me haya marcado mucho y sobre el que siempre vuelvo con la misma avidez, ese es Roberto Juárroz, a quien recomiendo especialmente”.
FUENTE: DIARIO NUEVA RIOJA Y LA VOZ DEL INTERIOR.
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