Como periodistas de medicina y divulgadores científicos tenemos preguntas y dudas pero es una certeza que la medicina regenerativa es el futuro.
Los libros de fisiología y cardiología más modernos en versión 2013 sostienen que las células madre serán para el siglo 21 tal como lo fueron los antibióticos y las vacunas para el siglo XX (que tantas vidas han prolongado y salvado).
En 1967, cuando Barnard realizó el primer transplante cardíaco en adultos de la historia de la humanidad se produce una conmoción y nuestro Miguel Bellizi lo sigue en 1968 con el primero en el país en Lanús, provincia de Buenos Aires, algo que fue muy meritorio y una conmoción informativa pero que no fue tan exitoso, al principio, debido a la carencia por aquel entonces de medicación anti-rechazo del órgano y de otras cuestiones infectológicas.
Pero con el transcurso del tiempo, hasta ahora, han surgido intervenciones cardíacas endovasculares muy modernas y técnicas mínimamente invasivas, con anestesia local y sin apertura de tórax (con las complicaciones médicas que eso trae) para aquellos pacientes afectados en su músculo con insuficiencia cardíaca severa consecutivas a infartos crónicos y se estiman en la actualidad en más de 200 los realizados a nivel mundial con 20 casos iniciales aportados desde Argentina en el 2004.
Para arterias cardíacas: la angioplastia coronaria con stent para revascularizar las milimétricas arterias coronaria obturadas fue y es la intervención mínimamente invasiva que le quitó el gran volumen de pacientes al otrora publicitado bypass en EE.UU.
De ambas técnicas, se opina regularmente sin fundamentos, que son métodos argentinos realizados en Estados Unidos, pero esto es otro mito periodístico argentino y van… ya que en realidad, al primer by pass mundial en humanos (y está publicado y documentado) fue hecho, y encima desde Argentina, nada menos que por Alfredo Carrea, neurocirujano infantil, en 1951 en arterias del cuello junto al cirujano vascular Mollins.
Carrea fue el fundador de Fleni y esa verdadera fundación médica (por que otras son pseudo fundaciones) lleva el nombre del destacado neurocirujano en su Instituto. Le honra a este columnista ser amigo de los familiares de Carrea, realmente.
Asimismo ya es tendencia internacional el implante por cateterismo de válvulas cardíacas desplegables (sin abrir tórax), y en países como Alemania la mitad de los pacientes valvulares se resuelven por esta vía endovascular sin necesidad de abrir el pecho ni de anticoagularse tanto tiempo.
Mirando hacia adelante
¿Pero podrán las células madre tomadas de la cadera del propio paciente al ser colocadas en el miocardio (músculo cardíaco) aliviar, en parte, la futura escasez de órganos cardíacos en adultos para una población cuya expectativa de vida se prolonga cada vez más?
Hubo 60 transplantes cardíacos este año 2013 pero 90 en el 2012 en adultos para una enfermedad letal como la cardíaca que se lleva la friolera de 90 mil pacientes que mueren por año si las estadísticas no simulan.
En adultos se sabe que las células madre sirven para regenerar el noble músculo del corazón afectado por infartos cardíacos crónicos severos y extensos y así varios pacientes fueron retirados de la hipotética lista de un futuro pero seguro pasaporte al trasplante cardíaco. Y, ello fue demostrado por médicos argentinos como el doctor Luis de la Fuente y Julio Argentieri de su equipo y norteamericanos (aquí -en el país- de manera miniinvasiva) con disminución en la mortalidad cardíaca en lo que ya se denomina la cardiología biointervencionista. Esta, es la hiperespecialización cardiovascular más moderna y cierta de la medicina cardiovascular y es la que permite colocar células madre (así como genes y proteínas cuando faltan o escasean) con catéteres especiales que laten al compás del corazón.
Como periodistas de medicina y divulgadores científicos tenemos preguntas y dudas pero la certeza de que esta medicina regenerativa es el futuro… que está llegando como así lo han expresado los mejores y diversos especialistas del país en la prestigiosa materia cardiovascular.
Los estadounidenses que de tontos tienen muy poco, acaban de instalar en la Universidad Miller de Miami, estado de Florida, un Instituto de Células Madre con una inversión cercana a los 30 millones de dólares, un centro donde médicos argentinos del equipo del doctor Luis De la Fuente viajaron a concretar y enseñar la técnica transendocárdica en el 2010 apostando muchísimo a este tipo de medicina regenerativa.
Lo mismo ha hecho pero recién la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California.
La historia en medicina es bella e importante y el presente lo es también. Pero el futuro lo es casi todo en ese tipo de sociedades tan medicalizadas y tan científicas así como tecnológicas a pesar de su supuesto premio Nobel de la “Paz”.
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