En el año 1968, el cardiocirujano argentino Enrique Bellizi realizó en Lanús el primer cardioinjerto en nuestro país siguiendo los pasos de Barnard.
Ahora, existen técnicas minimamente invasivas transendocárdicas para implantar a las propias células autólogas a pacientes con infartos cardíacos crónicos, severos y extensos, que encima se hicieron de manera gratuita.
El caso de Sofovich es la prueba viviente de la eficacia de este método que tiene sus interesados detractores.
Ampliaremos
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