La reconstrucción de un relato médico en tono épico como técnica que algunos piolas han tomado de la neo-política, o de la historia revisionista más reciente, no es sólo un patrimonio de la cultura científica en un sentido estricto, sino también de un mundo social en sentido amplio.
Cuantos saben el nombre del real inventor del famoso Viagra, que es el ahora acaudalado doctor Froast...
acaso, cuantos saben que el denominado popular Holter, o electrocardiograma de 24 horas, se denomina así por un real doctor Holter a quien una companía le dió en bandeja servida la idea básica para desarrollar -a nivel clínico- este avance cardiológico que pudo haber llevado el nombre de un gran cardiólogo argentino
O cuantos saben el nombre del estadounidense inventor internacional de los medicamentos genéricos, de quien se dice que tiene una gran fortuna también a nivel mundial por supuesto...
Para cerrar este post, muy pocos cirujanos tienen realmente operaciones con sus nombres tales como los cardiovasculares Ross, Bentall, Batista o Fontán, étc.
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