" LA SALUD DE LOS PRESIDENTES "

POR HÉCTOR DE LA FUENTE


" La historia contemporánea de nuestro país con sus avatares políticos, siempre estuvo ligada a la salud de sus líderes políticos y a las arterias presidenciales, en preferencia del lado derecho.

La reciente cirugía de arteria carótida derecha efectuada a un líder político como Néstor Kirchner, haya sido una intervención programada o de urgencia, puso en el tapete de la consideración pública, una serie de cuestiones vinculadas a la relación poco visible entre la política y la medicina, y fue, tal vez, uno de los ejemplos más cabales de ello.



ANTECEDENTES



El 1 de Julio de 1974, el mítico General Perón, fallece en Buenos Aires de un cuadro cardiopulmonar. Claro, ya lo decía, nada menos, que el General francés Charles De Gaulle, que no había nacido aún un cirujano capaz de operarlo a él. Algo parecido debieron haber pensado los médicos del fundador del masivo movimiento peronista, entre ellos el cardiólogo de origen tucumano Pedro Cossio.


López Rega y su séquito, por entonces, intentaban manejar, y manipular la salud presidencial por ese 1974, de quien fuera, además, nada menos, que el marido de la legendaria Eva Perón.

Según información confidencial, a la que se tuvo acceso, el líder del movimiento que lleva su nombre, se hubiera salvado, probablemente, con un triple by pass aorto coronario. Pero esa técnica se empieza a desarrollar en el país, desde apenas 1971, y con bastante resistencia.



PACIENTE CORONARIO



En 1981, el General Roberto Viola, a cargo de nuestro país, como sucesor de Videla, sufre una controversia médica histórica en que la Favaloro, quien intentó asistirlo quirurgicamente, postuló, que con un by pass a un vaso coronario bastaba para revascularizarlo, mientras que, otro cardiólogo y militar, prefirió un tratamiento médico con medicamentos, menos agresivo, postura que prevaleció al fin en gran disputa. Por ello, sufre Viola, una fuerte y letal interna política, para desplazarlo, aprovechando su supuesta enfermedad coronaria por estas discrepancias médicas con mucho aroma a internas de otro tipo, en realidad. Al tiempo, es echado el más moderado de los presidentes de facto, supuestamente, para el ascenso de un nefasto general del arma de ingenieros en algo atípico para ese escalafón, el triste Galtieri. De allí, a la aventura cruel y loca de las islas Malvinas, fue tan sólo cuestión de tiempo por aquel 1982.



ARTERIA CARÓTIDA



En 1993, el por entonces presidente Carlos Menem, sufre como sintomatología, parestesias o cosquilleos en su brazo izquierdo, senal que su arteria carótida derecha se estaba ocluyendo, en el mismo lugar, casi, que su colega Kirchner. Parecidos pero diferentes en cuanto a las causas de dichas arterioesclerosis obstructivas.

El prestigio del por entonces presidente riojano estaba por las nubes, y por ello, fue tal la conmoción por ese susto médico, que se pensó casi lo peor para el país si fallaba esa cirugía, por ser un presidente popular, de la democracia y en ejercicio. Por ello, fue que hasta el ex presidente Alfonsín, lo visitó, en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, y gestan, allí, en la cama del presidente convaleciente, las bases del posterior Pacto de Olivos. Esto, vale recordar, permitió, entre otras cosas, la reelección presidencial de Menem.



De la Rúa, fue otro presidente radical, que sufrió los sinsabores de un cuerpo desgastado apenas al asumir. Una sorpresiva cirugía de pulmón en 1999, en el Instituto del Diagnóstico, y luego una dilatación coronaria por cateterismo, una angioplastia a su arteria coronaria derecha, generaron una ola y una usina de rumores fatales para cualquier político.

Pues cada vez que se enferma un presidente o un político en ascenso, los detectores de los serruchos desestabilizadores, empiezan a sonar.

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