POR HÉCTOR DE LA FUENTE
Legendarios y míticos nombres de estirpe, tales como Zeus y Da Vinci, se revitalizan y asocian ahora a los más de 800 equipos robóticos instalados en quirófanos de todo el mundo; los cuales adoptan la forma de corpulentas máquinas con al menos tres brazos mecánicos flexibles. ¡ Parecen de ciencia ficción, pero tan sólo lo parecen....!
Estos sistemas ya están en uso y llegaron para formar parte de la medicina más moderna. Es una tendencia creciente. Hablamos, claro está, de la cirugía robótica y no de un deseo o un sueño, porque esto es real.
Ea una verdadera mezcla híbrida de disciplinas científicas varias pero gran fruto –al fin y al cabo– de la moderna ingeniería bio-médica, la informática, la cibernética y la ciencia médica entrelazadas en conjunto.
Menor dolor, menos sangre y pequeños cortes. En otras palabras: menos sufrimiento. Constituye otra variante de la pujante medicina mínimanente invasiva. El cirujano jefe opera, pero lo hace a distancia, y sin tocar al paciente con sus manos. Lo hace a través de los brazos del robot (portan el instrumental quirúrgico). Entonces tenemos tres brazos en el robot: dos que contienen al instrumental (el cual sí es cambiado manualmente) y el tercero que lleva la cámara.
A distancia –por Internet– o casi al lado del paciente, el cirujano a cargo, apoya con comodidad su cabeza en una consola. Para poder ver en tres dimensiones (3-D) ayudado, claro está, por un sistema magnificador de su visión (hasta 20 veces, casi como en las micro-cirugías).
Desde antes, el cirujano asistente, había preparado al paciente para introducirle los brazos del robot en su cuerpo. A su lado, yace el ingeniero en biomedicina.
Entonces, vaya que sí, fue un verdadero hito en la medicina latinoamericana, y que se anotó nuestro país, cuando en el Hospital de Clínicas -a fines del año 2005- y en el Servicio de Cirugía Digestiva, a cargo del Profesor Pedro Ferraina, un equipo del médico argentino visitante y residente en USA Santiago Horgan, operó con éxito -y muestra así al auditorio- a un joven paciente argentino.
La intervención se realizó durante el 76º Congreso Argentino de Cirugía y se le efectuó a un hombre de 34 años, portador de una enfermedad que produce dificultades en el esófago denominada acalasia.
Pero no sólo la acalasia tiene sus días contados: cirugías de próstata, útero, cirugías renales y reemplazos de válvulas cardíacas prometen ser de la partida.
Los cirujanos sostienen que con esta tecnología no existe el fantasmal y milimétrico temblor humano. Es de altísima precisión y caro, pero de lo mejor y es para aplaudir.
PUBLICADO TAMBIÉN EN EL DIARIO NUEVA RIOJA
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